En tu negocio, ya sea como Autónomo o Empresario, es posible que en alguna ocasión debas acudir a una entidad financiera en búsqueda de financiación.
Es posible que para tu negocio necesites adquirir una nueva Máquina. Ante esta situación, el banco te trasladará dos posibilidades:
-Solicitar un Préstamo
-Solicitar un Leasing
Con el artículo de hoy, aprenderemos a diferenciarlos y encontrar las características principales de cada uno de ellos, para averiguar cual puede ser más interesante y rentable para tu negocio.
¿Cuáles son las diferencias entre un Préstamo y un Leasing?
-El Préstamo
El Préstamo es el acto en el que una persona presta “algo” a otra persona, ya sea en forma dineraria o en otro tipo de posibilidad (especie).
Esta 2ª persona, tendrá la obligación de devolverlo, mediante las condiciones que han sido pactadas entre los particulares que han realizado el contrato del préstamo.
A priori, y a diferencia de los préstamos hipotecarios, los préstamos personales no requieren de un garantía para su obtención. Siendo así, la única garantía la del compromiso del pago.
Por este motivo, se generan con un tipo de interés más elevado que el del préstamos hipotecario.
Por regla general, los préstamos suelen solicitarse para la adquisición y compra de bienes de consumo y compra de servicios. Es decir, no suelen ser de un importe económico elevado.
Lo más probable es que la entidad financiera analice y estudie la situación de la persona que solicita el préstamo.
-El Leasing
El Leasing, o también denominado “Arrendamiento Financiero”, es definido como el contrato entre dos partes, en el que el arrendador está cediendo el derecho de uso del bien en un tiempo determinado y comprendido entre las dos partes.
A cambio, el arrendatario deberá pagar una cantidad fija (normalmente, mensual) por la utilización del bien.
Finalmente, y en la última cuota de pago del bien, el arrendatario tendrá la posibilidad de adquirir el bien en su totalidad.
La principal característica el Leasing es que a nivel jurídico se considera como un alquiler. A nivel financiero, se indicará como una compraventa en el momento del pago final de la última cuota que da derecho a la compra final del bien.
¿Cuál debo utilizar para financiarme en mi negocio?
Si optamos por el Leasing, la ventaja principal es que podremos beneficiarnos de la amortización fiscal acelerada.
Además, el pago se realiza por cuotas mensuales sin tener que realizar un desembolso importante al inicio de la adquisición y utilización del bien.
Por lo que se refiere al Préstamo, existe una mayor flexibilidad frente al Leasing, ya que existen diferentes variables que permiten formalizar la operación del préstamo, como por ejemplo, las cancelaciones parciales.
Por otro lado, los préstamos disponen de unos intereses más competitivos que con la adquisición de un renting.
Finalmente, destacar que con la solicitud de un Préstamo, el bien será tuyo desde el momento inicial que lo adquieres, mientras que con el Leasing, el bien no será tuyo y formará parte de tu Activo, hasta que no realices el pago de la última cuota.
¿Cuál es más interesante a nivel fiscal?
Cuando un Banco presta el dinero a un Autónomo, es el quien deberá pagar la totalidad del Bien (incluido el impuesto del IVA). Posteriormente, podrá solicitar la devolución o compensación del IVA ante la Agencia Tributaria.
Por el contrario, cuando un Banco te genera un Leasing, es el banco quien compra el Bien y quien paga el IVA. Y será con las cuotas mensuales que te irá repercutiendo el IVA que le corresponde.
Para finalizar, es importante destacar que ante la adquisición de un bien, le préstamo suelen concedértelo por el 80% del valor del bien (y sin tener en cuenta los Impuestos).
En cambio, ante la solicitud de un Leasing, el banco suele conceder el 100% del valor del bien (incluidos los impuestos).
Como ves, en función de tu situación económica y patrimonial y el objetivo o no de tener como un valor de Activo el bien, tendrás que decidirte por el Préstamo o Leasing.